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  • El retraso de las cosechas permite a la Delegación de Medio Ambiente salvar más de 80 pollos de aguilucho cenizo

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    Imagen de la jornada de trabajo.

    La delegada territorial participa de los trabajos para la protección de los nidos

    La delegada de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Rocío Jiménez, apunta al retraso de las cosechas de trigo como causa principal del buen desarrollo en Huelva del Programa de Seguimiento y Conservación del Aguilucho Cenizo (Cyrcus pygargus). Se trata de una especie vulnerable y a la vez vital para el equilibrio natural.

    “Las buenas gestiones llevadas a cabo por los coordinadores y los agentes de Medio Ambiente y la colaboración de agricultores, cosechadoras y cooperativas han dado su fruto”, ha valorado Rocío Jiménez, quien ha tomado parte en una de las últimas jornadas de trabajo. En concreto, la delegada territorial ha participado de la instalación de un vallado en Beas para la salvación de un pollo. La protección de rodales con nidos a través de una malla es una novedad de la campaña 2016 y, asimismo, una de las razones de que el Programa sea “un éxito”.

    Observación del aguilucho-cenizo.

    “Además de mantener el trigo en pie, debíamos proteger los nidos frente a la depredación, ya que en los últimos años está siendo bastante acusada, especialmente por parte de la cigüeña blanca y el zorro”, ha explicado Jiménez.

    El servicio de Gestión del Medio Natural de la Delegación Territorial ha localizado en la campiña onubense un total de 73 nidos entre abril y julio. En ellos se han contabilizado 81 pollos. En zona de marisma, además, hay referencias de 29 nidos. Aunque esta superficie impide un registro real de pollos de aguilucho cenizo por el difícil acceso, todo apunta a que su aportación permitirá igualar o superar los 119 ejemplares de la pasada campaña y avanzar hacia mejores datos en los próximos años.

    También ayudará al balance definitivo los tres nidos que actualmente se encuentran vallados. Contienen cuatro pollos que en una semana estarán volando, según las previsiones de Alejandro Cejuela, coordinador provincial del Programa de Seguimiento y Conservación del Aguilucho Cenizo. “Otra forma de medir nuestra satisfacción es que con los métodos empleados este año no hemos tenido que llevar ningún pollo al Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (Crea)”, ha apuntado Cejuela.

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    El aguilucho cenizo es un ave rapaz de tamaño medio que se distribuye de forma continua por el Valle del Guadalquivir para utilizar los cultivos de cereales como principal hábitat de cría. La mecanización agrícola antes de que los pollos vuelen supone la principal amenaza para la especie.

    Imagen de la instalación del vallado en Beas.

    La provincia onubense ha exportado al resto de la comunidad autónoma en los últimos años un modelo de protección pionero. Propietarios de superficies, cosechadores, cooperativas de cultivos de cereal y voluntarios de las asociaciones ecologistas colaboran bajo la coordinación de la Delegación Territorial y la asistencia de la Agencia de Medio Ambiente y Agua (AMAYA) en una iniciativa orientada a la subsistencia de la especie.

    El operativo ha estado formado por más de 25 personas, entre técnicos, agentes de medio ambiente y personal de AMAYA. Los municipios en los que han operado son Paterna del Campo, Escacena del Campo, Manzanilla, Villalba del Alcor, Niebla, Rociana del Condado, Almonte, San Juan del Puerto, Beas y Trigueros. Por segundo año consecutivo, el programa alcanza a la población de los parajes naturales Marismas del Odiel, Marismas del Isla Cristina, Marismas del Río Piedras y la Flecha del Rompido y el Espacio Natural de Doñana.

    Fuente e imagen: Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Huelva.

     

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