El próximo sábado día 8 de agosto a las 20:00 horas en Plaza de España del municipio de Rota en Cádiz tendrá lugar la histórica marcha convocada por diversas organizaciones sociales, sindicales y políticas recordando a las víctimas de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto de 1945).
Dos ciudades totalmente destruidas y 250.000 víctimas mortales inmediatas, luego fueron muchas más que nunca se contabilizaron. Dos bombas que se lanzaron sin saber cuál sería su impacto, estaban recién inventadas, y su poder destructivo fue de tal magnitud que durante años estuvo prohibida la divulgación de imágenes por parte de la prensa para ocultar el horror a la población y poder seguir fabricando el terror.En la actualidad hay 17.000 cabezas nucleares con las que se podría destruir la vida en nuestro planeta en solo cinco minutos.
Este despropósito es la consecuencia de la Guerra Fría entre las dos grandes potencias militares, que se mantiene en la actualidad. Rusia tiene en la actualidad algunas ojivas nucleares más que EEUU y Obama, que recibió en 2009 el premio Nobel de la Paz por declarar que libraría al mundo de las armas nucleares, 5 años después, en 2014, lanzaba un programa de renovación del arsenal nuclear de EEUU de gran escala que costará 1 billón de dólares durante los 30 años de duración.
Aquí no hemos tenido incidentes parecidos al de Palomares, donde varias bombas atómicas sin detonador cayeron al mar y esparcieron por la playa un contenido mortífero, que contaminó la zona colindante. Pero sí llevamos muchos años en la provincia de Cádiz viendo cómo navegan por nuestras aguas submarinos nucleares, doblemente peligrosos, por su propulsión nuclear y por el armamento que pueden almacenar. Gravísimos incidentes provocados por submarinos nucleares se han dado en el pasado e incluso podrían haber dado lugar a una Tercera Guerra mundial que habría sido la última de la historia. Desde los años 60, tras la crisis de los misiles de Cuba, hemos estado varias veces al borde de la catástrofe.
Como decía Taguchi, director del Consejo de Personas Afectadas por las Bombas Atómicas de Nagasaki, con ocasión del accidente nuclear de Fukushima: ““La energía nuclear y el ser humano no pueden coexistir. Nosotros, los sobrevivientes de la bomba atómica, siempre lo hemos dicho. Y, sin embargo, el uso de la energía nuclear fue disfrazado de ‘pacífico’ y continuó avanzando. Nunca se sabe cuando habrá un desastre natural. No es posible decir que nunca habrá un accidente nuclear”.
La Marcha del Silencio, a lo largo de sus años de andadura, se ha movido entre el recuerdo y denuncia. Recuerdo de las víctimas de las dos bombas atómicas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki; y denuncia de que el planeta Tierra se ha vuelto el escenario de centenares de pruebas nucleares y en un inmenso arsenal atómico.
El lema de la manifestación será «Hiroshima y Nagasaki ¡nunca más!», mostrando estos colectivos su profundo rechazo al armamento nuclear por parte des todas las naciones.
Fuente e imagen: Ecologistas en Acción.