- El calor favorece la proliferación de bacterias y otros microorganismos patógenos y aumenta el riesgo de que se produzcan intoxicaciones
El Colegio de Médicos de Huelva pide a la población que extreme el cuidado en la conservación y manipulación de los alimentos, dado que el calor favorece la proliferación de bacterias y otros patógenos, aumentando el riesgo de intoxicaciones alimentarias. En este sentido se recalca que en esta época del año es recomendable aumentar el consumo de comidas ligeras, lo que implica aliños, gazpachos y ensaladas elaborados con productos crudos, y también aumentar la ingesta de fruta, por lo que es necesario lavar y desinfectar bien las verduras crudas y frutas, explica Jesús Pardo, médico de familia, miembro del Colegio de Médicos y presidente de Samfyc (Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria).
En todos los casos, se subraya que al cocinar es preciso cuidar la higiene lavándonos las manos antes de manipular los alimentos, “dado que es una de las vías más habituales de contaminación”, según señala. Bacterias como la Ecolli o la Salmonella son causantes de muchas de las intoxicaciones alimentarias, patógenos que proliferan con el calor.
Por ello, no se deben dejar alimentos a temperatura ambiente o al sol, se deben descongelar en la nevera, y nunca volver a congelarlos. Asimismo, se recomienda refrigerar la compra cuanto antes para no romper la cadena del frío de los alimentos congelados. Si se usa mayonesas, cremas o tortillas elaboradas con huevo crudo en casa, se debe de procurar consumir de inmediato y si no, no deben estar más de 24 horas en la nevera, pudiéndose optar por las mayonesas de fabricación industrial, que están pasteurizadas, pero igualmente es recomendable tirar los restos del plato.
Además, no se deben utilizar los mismos utensilios de cocina (tabla o superficie de cortar y cubiertos) para manipular alimentos crudos y cocinados sin limpiarlos muy bien primero, evitando la contaminación de estos últimos si los alimentos frescos aún no están lavados.
Asimismo se destaca que al preparar alimentos para llevar a la playa o el campo, se deben transportar siempre en una nevera, procurar evitar las cremas y mayonesas y desechar siempre los restos. En el caso de las frutas, se deben lavar con agua potable y no beber de fuentes si no está indicada su potabilidad.
En este contexto se indica que son errores comunes no comprobar la fecha de caducidad y las instrucciones de conservación o fiarse únicamente del aspecto del producto o de su olor para consumirlo. Se recomienda no tener un plato más de cuatro días en la nevera, que debe enfriar entre 0 y 4º, y calentarlo bien antes de servirlo.
Desde el Colegio de Médicos también se advierte del riesgo de comprar alimentos de venta ambulante sin garantías sanitarias.
Los síntomas de la intoxicación alimentaria suelen presentarse hasta un máximo de 72 horas después de ingerir el alimento y suelen ser dolor de estómago, náuseas, vómitos y diarrea, pudiéndose presentar también fiebre y dolor de cabeza. Habitualmente son leves, aunque en caso de fiebre alta o si la diarrea y los vómitos persisten se debe acudir a un médico. Las intoxicaciones alimentarias suponen un riesgo en especial para las personas más vulnerables, como mayores, inmunodeprimidas, niñ@s y embarazadas.
«Si aparece una toxiinfección alimenticia, lo recomendable es mantenernos a dieta, con una ingesta de líquidos continuada y progresiva, partiendo de pequeños sorbos, utilizando sueros específicos electrolíticos y mantener una dieta 48 horas astringente que evite más sobrecarga intestinal a base de caldos fríos y de cocina a la plancha o hervida”, explica Jesús Pardo.