Los cuadros colgados por el pintor sevillano, Manuel Luna, han sorprendido tanto a los asistentes a la inauguración de la muestra el pasado 8 de abril en la sala de exposiciones del Centro Cultural ‘José Luis García Palacios’ de la Fundación Caja Rural del Sur, sito en calle Mora Claros, 6-8 (antigua calle Botica), como a muchas de las personas que han ido acudiendo a conocer esa pintura ‘estoica’ de la que hace gala el artista en la colección denominada ‘Estructura natural’. La muestra permanecerá abierta, en horario de mañana y tarde, hasta el día 26 de abril.
Ya lo aventuraba la responsable en la Fundación Caja Rural del Sur de sus Centros Culturales, María Luisa García Palacios, en el mismo acto de apertura de la muestra pues es buena conocedora de la trayectoria creativa de Manuel Luna, que en los últimos años ha ido pasando por las salas de la entidad en Sevilla y en Córdoba, antes de llegar a Huelva. Algunos de los cuadros que se exponen en la sala pertenecen, incluso, a colecciones privadas que han cedido los mismos para la muestra.
Manuel Luna es un pintor sevillano, autodidacta, con una amplia trayectoria artística, que apuesta por el naturalismo y que ha expuesto de modo individual y colectivo en distintos puntos del mundo: Nueva York, Innsbruck, Edimburgo, Chicago, además de en museos españoles (cinco de ellos han disfrutado de sus obras).
También en Sevilla gestiona y dirige el espacio ‘Craneo Creación’ donde se dan cita artistas de primera línea del mundo entero para realizar cursos formativos. Pertenece además a asociaciones artísticas como ‘Greco’. Su última exposición (Trilogía) con el museo Antonio López Torres de Tomelloso ha sido la más visitada en la historia de dicho museo.
En la exposición que acoge la Fundación Caja Rural del Sur “Estructura Natural”, Manuel Luna presenta una colección de obras marcadas por un realismo contemporáneo, con una treintena de cuadros a óleo, de pequeño y gran formato, que describen historias individuales encerradas en cada lienzo, dentro de una corriente filosófica estoica común, y que describe esas construcciones vitales que nacen en miles de direcciones, como ramas de un solo árbol, según indica el pintor.
Para Manuel Luna esta exposición expresa como “el ser humano recorre un camino natural y desconocido para él desde su nacimiento, hace de su pasado, presente y futuro una maraña de estructuras que se rompen, se vuelven a construir, se recuperan y se arreglan para seguir adelante de forma optimista hacia su objetivo vital”.
En ese camino, indica Luna, “el encuentro de experiencias vividas con otras entidades, otras formas de ver el mundo y con lo que este nos ofrece, es fundamental para dar sentido a su constante ansia de saber hacia donde lleva el camino y hacia donde se dirige la naturaleza de su alma. Estas experiencias se transforman en capas que forjan la personalidad del individuo para sí mismo y para su sociedad”.