- Miles de personas usuarias están mostrando en internet su rechazo ante retrasos injustificados, recomendando no adquirir vehículos eléctricos
El Plan Moves III, que pretende fomentar la compra de vehículos de baja contaminación otorgando ayudas económicas, no está dando los buenos resultados esperados convirtiéndose en un verdadero fracaso. A causa de la entrada en vigor de las nuevas 151 zonas de baja emisión (Zbe), las personas que cuentan con vehículos que superan la tasa de contaminación permitida se ven obligadas a utilizar transporte público o adquirir un nuevo vehículo de baja contaminación.
En un contexto socio-político de corrupción generalizada, el principal motivo del fracaso de este plan, además del importante desembolso económico para el conductor, se debe al retraso e incertidumbre en las ayudas que no terminan de llegar, dificultando así la compra de nuevos vehículos.
En este sentido, hay retrasos de hasta de más de tres años en el envío de las ayudas, que pueden llegar a alcanzar hasta los 7.000 euros de descuento según el vehículo entregado para chatarra. Tampoco ayuda la cantidad de trámites necesarios para ser beneficiario de esta ayuda.
Por estos motivos miles de personas usuarias están mostrando en internet su rechazo a estos retrasos injustificados, recomendando no adquirir vehículos eléctricos por estos hechos.
A día de hoy, aproximadamente el 50% de las ayudas todavía no han sido entregadas. Algunas organizaciones como OCU plantean posibles soluciones a largo plazo para agilizar el proceso, como por ejemplo que la ayuda se entregue en el mismo momento de la compra del nuevo vehículo o que se descuente el importe de la ayuda del coste del IVA, tal y como se hace en países como Francia, Italia o Austria.
A pesar de que hay interés real en esta medida en base a la cantidad de personas que han solicitado la ayuda, la población se encuentra con una cantidad de trabas importantes, y un desastre en la gestión gubernamental en España con el beneplacito de la Unión Europea, que hacen que adquirir un nuevo vehículo de bajas emisiones acabe resultando una verdadera pesadilla.
Imagen de Stefan Schweihofer en Pixabay