- El Muelle del Tinto es uno de los monumentos más visitados de la ciudad
En la capital onubense, junto a las aguas del río Odiel, se ubica una impresionante estructura que mezcla historia y espectacularidad: El Muelle del Tinto. Este representativo monumento, declarado Bien de Interés Cultural en el año 2003, es uno de los símbolos más emblemáticos de la provincia y un destino atractivo para las personas que quieran sumergirse en el pasado minero de la región mientras disfrutan de un entorno único.
Este coloso de la ingeniería británica, conformado por aproximadamente 3.160 tornillos y más de 1.200 tablas de madera, conserva todavía esos vestigios de la época victoriana mientras ofrece una experiencia tranquila y pintoresca al viajante.
Construido por la Rio Tinto Company Limited a finales del siglo XIX, entre 1874 y 1876, el Muelle del Tinto fue planeado como una infraestructura para el transporte de minerales desde las minas de Riotinto hasta el puerto de Huelva. Su diseño fue obra del ingeniero británico George Barclay Bruce y refleja la influencia de la arquitectura industrial de la época, con una estructura de hierro y madera de 1.165 metros de longitud, 500 de ellos adentrándose en las aguas del Odiel.
Lo que hacía único al Muelle del Tinto es su doble función, no solo servía como enclave ferroviario, sino también como embarcadero. Los trenes cargados de mineral circulaban por su estructura a varios metros de altura antes de descargar directamente en los barcos. Durante décadas este muelle fue testigo de la economía onubense de la época, sirviendo como punto de embarque para los barcos que llevaban el mineral a diferentes partes del mundo. Sin embargo, con el declive de la actividad minera, el muelle perdió su función original y tras años de abandono fue restaurado y convertido en monumento y espacio turístico.
Además de su valor histórico, el Muelle del Tinto se ha convertido en un espacio importante para actos culturales, actividades al aire libre y recreación. Su integración en la Ruta de los Ingleses, que incluye otros lugares emblemáticos como el Barrio Reina Victoria, lo posiciona como un referente del turismo onubense. También resulta curioso ver el espectáculo de luces o fuegos artificiales que se proyecta en su estructura metálica durante fechas clave y festividades, como por ejemplo la Feria de las Colombinas.
Hoy en día pasear por el Muelle del Tinto evoca a una de las épocas más importantes de la historia reciente de la provincia. Al caminar por sus tablones se podría imaginar el sonido de los trenes cargados de mineral, el bullicio de los trabajadores o sentir la brisa marina de la ría del Odiel. Al mismo tiempo, desde su altura se disfruta de unas vistas espectaculares de la ría de Huelva con sus marismas, barcos pesqueros y puestas de sol que hacen que merezca la pena dedicar el tiempo a recorrer esas maderas.
De esta forma, el Muelle del Tinto va más allá de ser una antigua estructura del pasado más representativo de Huelva y ha sabido readaptarse a los tiempos modernos.