El incremento del IPC afecta ya decisivamente a los hábitos de consumo, tanto en el ámbito de la energía y la movilidad, como en el de las compras y el ocio, según una encuesta realizada por OCU en colaboración con otras organizaciones de Euroconsumers.
También se observan cambios significativos en la cesta de la compra: un 42% de los encuestados españoles está priorizando el consumo de productos de marca blanca; mientras que el 21% ha reducido la adquisición de alimentos básicos como son las carnes y los pescados.
El ocio es otro de los grandes afectados: el 33% está recortando sus salidas a bares y restaurantes y el 29% de los consumidores ha renunciado o aplazado las compras de ropa, incluyendo, aunque en menor medida, la compra de ropa para los hijos, reconocido por el 13% de los encuestados.
Y las expectativas de los consumidores -indican- no son positivas. Cuatro de cada cinco encuestados consideran que los precios de la energía y los carburantes seguirán subiendo. De ahí que dos de cada tres, una significativa mayoría, tengan miedo a gastar y prefieran ahorrar para prevenir tiempos más difíciles. «Tiempos que ya son de por sí muy duros para muchos» afirman, en los que uno de cada tres consumidores advierte que no dispone de ahorro suficiente para hacer frente a nuevas subidas de precios en los próximos meses.
Finalmente OCU urge al Ejecutivo que tome medidas para suavizar los efectos negativos que la situación económica está teniendo en los consumidores.